Ojala todo fuera tan denso como la esperanza para poder tomarlo a cucharadas cuando quisieras, frío como la gelatina de parchita o caliente como la crema de espárragos con nueces… pero no te lo voy a decir para que no tengas que esconder tu alma cuando te miro a los ojos y poder descubrir eso que tanto me gusta de ti y que enreda entre el psico y el soma, entre el amor y el odio, entre el norte y el sur, entre Pinto y Valdemoro, entre-ga-las-armas y es tan evidente y tan bello… ¿cuantos siglos tiene el mes de marzo?, cuando hable con Neruda le diré que no me mirabas para no darme esperanzas dulces y suaves como el sirope de arce deslizándose por las laderas de un flan con huequitos que lo van secuestrando y nunca llega al plato, porque el flan es rico por su comportamiento goloso como cuando tu me comes… pero mejor no te lo digo, al oído tal vez en tus sueños.
Quienes gritaron de alegría cuando nació el color azul? me pregunta Neruda; pues todos los que pueden verlo, no se trata de saber explicarlo sino de poder entenderlo y ni siquiera eso es lo mas importante, dijo el pez.