... y ademas todo lo que quieras sentir, pensar, soñar y crear

sábado, abril 04, 2009

tic tac



Una cuenta atrás… una sonrisa de euforia desatada en empatía, contagiosa. El ácido giberélico burlándose del talón de Aquiles del metabolismo. El sonido de una vieja Singer de mano entre los artríticos dedos que estiran la tela, el pespunte. El opio del pueblo en imágenes superlentas y dolby surround de hormigas sobre el cadáver de una manzana. El miedo a la respuesta conociendo la pregunta on the rocks. Idealizar; recrear; substituir; necesitar la evolución perdida en las bolas del ábaco. La muralla delante con un hueco a través del cual. Me asomo a la ventana eres la chica de ayer… y regreso tras el muro que me protege, me prohíbe, me limita, me enseña, me tortura, me complace. Mutación en un brindis de ironías hipócritas de networking a la carta. Bilis y vísceras mendigan una oportunidad desfilando en imágenes sórdidas, negras de contenido, ante los ojos de un ciego ¡compra o muere! freak. Heidi defecando sobre la esperanza de un pobre hombre mudo. Mensajes de esputos sanguinolentos salen de la boca de Dios, que vive en un sanatorio al norte de Marruecos, para manchar la Sábana Santa de alguna zorra ambiciosa, pasada de kilos, resentida, sin escrúpulos, sin ejemplo, con nombre y apellidos. El poder erecto y desnudo frente a la fortuna fornicando en bacanal ante notario. Una niña con vestido de ballet mira la gran pantalla con ojos de color azul cielo tormenta y la boca entreabierta. No está impresionada, ni sorprendida, ni asustada. Sonríe. No está. Y el mecenas del tiempo me mira… tic- tac. Implosión.
Unos sueños me secan la boca más que otros.

sábado, febrero 14, 2009

coloquial


De forma aritmética como cualquier escena que no lo parezca, como el sosiego del elefante, el 23 de abril salí del sanatorio por mi propio pie, dejando el agradecimiento al contado a todos cuantos me vieron. Dijeron los profesionales del subterfugio de los pretextos que había recuperado la cordura; sin embargo yo sabía que Algo me seguiría siempre como un fiel porteador, con todo lo acumulado a lo largo de los días, los años, la unidad del tiempo perdido y la forma de encontrarlo.
Algún día un ser evolutivamente sensible puede que me dé a conocer, un bonobo, un ser de relaciones sociales afectivas, una presa perfecta para Algo.